Cuando nos adjudican un proyecto, no abrimos AutoCAD. Abrimos una conversación. Porque el diseño de hoteles no empieza con los planos. Empieza con el cliente, con su idea, con el contexto en el que va a operar ese hotel.
En arquitectura todo tiene consecuencias. Pero en la arquitectura de hoteles, esas consecuencias se notan desde la primera noche que duerme un huésped. Por eso necesitamos método. Pero también empatía, visión de negocio y atención al detalle.
Aquí te explicamos, con palabras simples, cómo gestionamos cada encargo en el estudio. Lo hemos dividido en tres fases: pre-producción, producción y post-producción.
1. Pre-producción: Aquí establecemos las bases.
La mayoría de problemas en los proyectos no aparecen al final. Vienen de cosas que no se hablaron bien al principio.
En esta primera fase nos centramos en poner orden:
- Confirmamos los márgenes, el calendario, los entregables.
- Asignamos el equipo responsable y marcamos cómo nos vamos a organizar.
- Creamos la estructura digital del proyecto: carpetas, nomenclaturas, formatos.
- Hacemos una reunión inicial con el cliente para asegurarnos de que estamos en la misma onda.
Aquí se define el tono del proyecto. Si vamos a trabajar bien o vamos a ir apagando fuegos. En diseño de hoteles, el arranque es medio camino.
2. Producción: Empezamos a tomar decisiones
Esta es la parte visible. Pero no la más importante.
Durante la producción desarrollamos:
- El concepto general, el encaje, el look & feel.
- Las fases técnicas: anteproyecto, básico, ejecutivo.
- La coordinación con otros equipos de técnicos, ingenierías, operadores, constructoras.
- Un diálogo constante con el cliente, para no desviarnos y para anticipar decisiones.
Diseñar un hotel no es solo una cuestión estética. Es funcionalidad, es rentabilidad, es experiencia. La arquitectura de hoteles nos exige una mirada muy transversal. Si piensas solo en metros y materiales, te quedas a medias.
Aquí es donde una idea se empieza a convertir proyecto. Y donde un proyecto bien llevado se convierte en algo que funciona.
3. Post-producción: cerrar bien, para poder volver
Entregar no es acabar. Hay muchas maneras de terminar un proyecto, pero pocas que dejen buen sabor.
Al final:
- Validamos que todo esté entregado, ordenado, y claro.
- Revisamos qué se ha desviado, si se han cumplido los tiempos y los márgenes.
- Archivamos lo útil, y preparamos lo que pueda servir para contar el proyecto: imágenes, textos, documentación.
- Si el cliente quiere, pedimos feedback. Si no, lo buscamos entre líneas.
Cerrar bien es lo que hace que un cliente vuelva. Y que el equipo termine con la sensación de haber hecho algo bien de verdad.
Por qué todo esto es importante
Porque hacer diseño de hoteles no es improvisar ni poner cuatro ideas bonitas sobre la mesa. Es entender un negocio, traducirlo a espacios, y construir una experiencia coherente desde la entrada hasta la almohada.
Y porque hacer arquitectura de hoteles no es solo cuestión de saber proyectar. Es saber acompañar. Entender cómo se mueve el sector. Qué espera un operador. Cuánto retornará cada € que se invierta. Qué necesita un inversor. Y sobre todo, qué recordará el huésped.
Por eso, en cada nuevo proyecto, nos gusta trabajar como si ya supiéramos que vamos a repetir.
Puedes ver un ejemplo de este enfoque aplicado en este proyecto de hotel en Moraira, donde cada decisión de diseño estuvo al servicio de la experiencia del huésped.
¿Tienes un proyecto hotelero en mente?
Si te interesa conocer cómo trabajamos en proyectos de este tipo, aquí puedes ver nuestros servicios de diseño de hoteles.
Si estás pensando en abrir, transformar o reposicionar un hotel, hablemos. A veces, lo que más falta no es el diseño. Es saber por dónde empezar.
Contacto
Tel./whatsapp: 960702214